Nos encontramos en pleno invierno, las inclemencias del tiempo rodean nuestro bloque. Sin embargo el calor de los pisos colindantes nos abriga de manera generosa. Por las ventanas entra un sol alegre que nos hace pensar que fuera la temperatura es agradable, nada más lejos de la realidad. Los pájaros no se encuentran en la distancia que abarca nuestra mirada desde la ventana de nuestro comedor.Decidimos sobrellevar en familia la situación, domingo 17:00 horas. Nos metemos los cuatro en la cama de 1,80 metros a ver un partido de fútbol. La emoción está asegurada, nosotros de un equipo y nuestro vecino de abajo del contrario. Reímos y gritamos cuando marca nuestro equipo, y lo hacemos bien fuerte para que nuestro vecino de abajo, se enfade y anime con más ímpetu. Esa situación se nos vuelve en contra cuando el equipo contrario nos encaja un gol y tenemos que oír, con cierta humildad, como disfrutan ellos ahora, es su momento. Acaba el partido pero el invierno sigue, se repetirán situaciones parecidas que harán que este invierno perdure en nuestra memoria
1 comentario:
Seguro que el vecino , no disfruto tanto del partido, no hay mejor manera de disfrutar de una peli, o un partido a quien le guste , a nosotros el futbol como que no, en la cama todos en familia, y adivinar quien se duerme antes, que siempre es la mami o casi siempre, un abrazo guapisima
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