Tenía yo pena porque ya hace tiempo que no puedo coger en brazoa a mi hijo, y ya es que ni sentada. Resulta que es igual de bonito dejar que mi hijo me coja a mi. Ahí tiene en la mecedora pero también puede caminar conmigo en brazos. Qué guai!
Y con su hermana ni te cuento, ella se ve acogida y protegida por su hermano mayor.
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