Los tiempos cambian.

Los adelantos técnicos están revolucionando la manera de relacionarnos. Ahora es posible elegir nuestras relaciones desde cualquier punto del planeta. Hasta hace poco había que limitarse al vecindario.
Unas veces primero conocemos a las personas y luego nos comunicamos por internet con ellas, otras veces al revés. De cualquiera de las dos formas nos enriquece enormemente tantas posibilidades.

Mi hijos Pablo y mi marido en estos momentos están jugando online desde un pueblo de la Mancha con los amigos de mi hijos. Uno de ellos vive en Romanía desde hace unos meses, otros dos en un pueblo de Valencia. Todos se conocen porque se educan en casa,  nos hemos visitado, nos vemos en los encuentros anuales. Mi hijo con 15 años los conoce desde los 8, y a pesar de todos haber cambiado de domcilio alguna vez pueden seguir relacionándose y desarrollando su amistad.
Los mayores hacemos lo mismo, visitamos foros por afinidades, mantenemos relaciones en la distancia.
Me encanta internet.